lunes, 15 de diciembre de 2008

Wanabe

WANABE

Ha llegado el momento en el que el infante ha tomado la decisión de abandonar la niñez e iniciar la maduración, y finalmente hacer lo que se le ha enseñado a ser, desde nuestras palabras: EL NIÑO HA OPTADO NO DORMIR
El paso entre la niñez y la madurez insómica resulta un proceso de desvalorización propia, y, adaptación y adquisición de los ideales y objetivos de un grupo. Esta parte del crecimiento suele ser lenta y dolorosa, sin embargo, como en todo, existe la alternativa de lo fácil, a la cual, en esta etapa de ascensión la llamaremos Wanabe.
El Wanabe se caracteriza por su espíritu emprendedor por copiar tendencias llamativas de los insómicos y los noctámbulos (quienes caminan entre los despiertos, pero van dormidos, el filtro creativo del que antes hablaba) Los Wanabe anhelan antes que cualquier cosa ser parte del rebaño a cualquier costo, sin importarle si quiera, que
EL WANABE SUELE SER MÁS MEDIOCRE QUE EL MEDIOCRE

Wanabes, Vanguardias y Posmodernidad.
Pareciera con la afirmación del Wanabe que retomo la idea de la originalidad que caracterizaba a las vanguardias, la búsqueda del estilo propio y la reiteración de la individualidad con la generación existente de lo inexistente como buen obrar contrario a los insómicos y de los wanabes, que la esencia posmodernista es desechada y rebajada al nivel de los personajes al respecto, pero no. El modernista y el posmodernista para nada pueden ser considerados wanabes. La vanguardia se exenta en la mayoría de los casos fácilmente de los procederes wanabe; por otro lado, el posmodernista trata de encontrar por medio de la recontextualización la esencia de su subjetividad, encontrando en los objetos preexistentes un conjunto de contenidos propios de una mitología individual que lo representa. (Beuys) El wanabe no es original, ni busca expresividad, ni siquiera sabe ni le interesa qué es un contexto. Él solo quiere ser, nunca concreta la oración. El wanabe es inseguro y no tiene una opinión propia, por eso es un wanabe.

WANNA BE SWAMP ZOMBIES

¿Qué representa el Zombie en los confines del Conejillo de indias?

1. ¿Qué es el zombie?
El zombie es un no muerto, ya sea maldito resurrecto por medio de rituales satánicos
o hechizería, o por algún experimento con fines de inmortalidad o de fortaleza bélica
y de destrucción masiva.
Suelen ir por montones, son tontos, instintivos, repugnantes, y se caracterizan por su
cualidad de antropófagos, iniciando por el cerebro, que generalmente, tras devorar este,
el atacado se vuelve parte de ellos.
Al zombie se le destruye en ocasiones con sal (zombies diabólicos) o con el
desmembramiento total (explosivos, sierras eléctricas)

2. Zombie por excelencia
En los parámetros que estamos usando para este proyecto del conejillo de indias, el
símil perfecto resulta el Pensamiento Sistemático Social (PSS)
Por las cualidades mencionadas en el punto anterior encontramos las siguientes
similitudes:

Zombie PSS
Antropófago Necesita consumir personalidades
Come cerebros Cocowash
Necesita sus opiniones de su lado
Se vuelven parte Necesidad de pertenencia
Multitudes Exceso de población
Solo la destrucción total los acaba Solo la destitución absoluta y la anarquía culminarían al sistema finalmente.

El PSS por lo tanto es el perfecto zombie de la historia. Así, bajo reglamentaciones del zombie, el PSS tiene como principal propósito el reclutamiento de cuantas personas le sea posible. Para esto, el PSS se vale de técnicas de mezmerización como la moral, la religión, el prejuicio, el tabú, y ya más para nuestros días: la TV, la radio, la internet, y hasta la selección de ciencia y cultura, todo para no poner en riesgo las normatividades que ha decretado.
Por medio de estos comunicadores y significadores del bien y el mal, el PSS convence a la sociedad joven de la pérdida de la ingenuidad, la pérdida del soñar, la necesidad de ser parte de él, y la coherencia de nunca negársele al sistema, en CDI (Conejillo de Indias):



El PSS sabe su debilidad, así que su propia necesidad del aumento de la población sirve de escudo contra los incomibles, los del sueño perpetuo. La población insómica crece a tal grado que cualquier ideólogo o enemigo del sistema para lo más que puede servir su condición es para conseguir un cambio virtual relativo.
Todo cambia de nombre, se establecen maneras teatrales del uso del tiempo, a través de una máscara usada a contratiempo, poco a poco, en cualquier sistema político, las fichas vuelven a estar en el lugar de donde salieron: Ciclos.

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